El Cielo
Hombre: ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?
Ángel: Tuviste un accidente de tránsito fatal y estás en el cielo
Hombre: ¿Cómo sabés que tuve un accidente de tránsito?
Ángel: Es que te veo un poco aturdido y desorientado. Pero sobre todo me di cuenta por esa palanca de cambios que tenés atravesada en el estómago y el pedazo de volante que te cuelga del cuello…
Hombre: ¿Y vos quién sos?
Ángel: Soy el ángel que se te asignó para guiarte en el proceso.
Hombre: ¿Y ahora que hacemos?
Ángel: ¿Ves esa fila que está ahí?
Hombre: Si
Ángel: Bueno, tenemos que formarnos hasta que nos toque el turno de hablar con Dios.
Hombre: Pensé que había que hablar con San Pedro primero…
Ángel: Si, lo que pasa es que no le pagaban las horas extra y está de huelga.
Hombre: Ah, claro.
Ángel Secretario: Ustedes dos, pasen que Dios los va a atender.
Dios: Hola hijo mío. ¿Cómo estás?
Hombre: ¿Y esto? ¿Dios es una mujer?
Dios: ¡Por mi! ¡Otro machista más! Ni se te ocurra hacer un chiste como “¿Por qué el séptimo día en vez de descansar no lavaste los platos?” porque te mando derechito al infierno.
Ángel: No, por favor, disculpalo.
Dios: En fin, veamos que tenemos por aquí… Veo que tu moriste en un accidente de tránsito.
Hombre: Si, es correcto.
Dios: ¿Por qué no estabas usando el cinturón de seguridad?
Hombre: Porque me parece un invento inútil.
Dios: ¡Yo inventé el cinturón de seguridad! ¡Insolente!
Hombre: Perdón.
Dios: Y luego el Diablo inventó el Airbag, para que los ricos manejen sus autos a altas velocidades, hagan cualquier destrozo y al final queden rodeados de bolsas de aire como si estuvieran durmiendo entre las tetas de
Ángel: Dios, te estás yendo por las ramas…
Dios: Tenés razón, volvamos al tema que nos compete. Por un lado veo que llevaste una vida bastante prolija, pero por el otro me parece muy irresponsable de tu parte que no hayas usado el cinturón de seguridad, jugando con tu vida.
Ángel: Por favor, permitile quedarse en el cielo. Creo que aprendió la lección con esto de tener medio auto incrustado en su anatomía para toda la eternidad.
Dios: Es una decisión complicada. Mejor tiro una moneda. Si sale cara, te quedás en el cielo y si sale número, te mando al infierno donde el Diablo te va a hacer un enema de tridente todos los días.
Ángel: Quedó parada la moneda. ¿Y ahora que hacemos?
Hombre: Si, es un empate. ¿Qué vas a hacer conmigo?
Dios: Te voy a mandar a un lugar intermedio, donde la comida y los paisajes te van a hacer sentir en el cielo y los políticos, los impuestos y el fútbol en el infierno. ¿Alguna vez fuiste a Uruguay?