A lo largo de la historia, varios hombres han trascendido por sus aportes a la humanidad y sus nombres siguen resonando años después de su desaparición física.
Lo que todos ignoran, es que varios de estos hombres tenían hermanos cuya existencia se diluyó bajo la sombra del odio fraternal y el intento desesperado de no ser desdeñados por las páginas crueles de libros que nunca narrarían su historia. Es hora de levantar el velo que mantuvo injustamente en la oscuridad sus nombres:
Charlie Shakespeare

A los 27 años, el hermano menor de William era conocido como el más grande come-niñas en 100 kilómetros a la redonda. Si la nena coloreaba los dibujos sin salirse de los márgenes, para él ya estaba prontita. Cuando comenzó a cepillarse a Jenny, la hija de 12 años de los vecinos, los “Capulentos”, comenzó una gran rivalidad entre las dos familias y les prohibieron verse. Muchos historiadores creen que esta historia de amor inspiró la obra literaria “Romeo y Julieta”, pero nadie lo sabe con seguridad.
Nome Descartes

El hermano de René Descartes era carcomido por ladillas, debido a sus encuentros casuales con las suripantas locales. Un día, atormentado por la picazón, exclamó “Me rasco el escroto, luego existo”. René quedó prendado de ésta frase, pero convencido de que era un poco abrupta, la convirtió en la ya conocida “Pienso, luego existo” y el resto es historia. En su lecho de muerte, Nome seguía manteniendo que su frase era mejor…
Pocho Einstein

Un día Albert regresó a su hogar y percibió gritos de extremo placer femenino provenientes desde su habitación. Al abrir la puerta encontró a su novia y su hermano desnudos en la cama. Cuando Pocho se levantó, Albert notó que su hermano tenía entre sus piernas algo muy similar a una trompa de elefante africano. Fue allí que se dio cuenta que el goce de una mujer era relativo al tamaño de la pieza de su pareja. Días después formuló la teoría de la relatividad.
Natalio Sánchez

Hermano del dramaturgo Uruguayo Florencio Sánchez, conocido por su obra “Barranca Abajo”. Lo que nadie sabe es que, años antes de que su hermano concibiera esta obra cumbre, Natalio había escrito “Arranca Abajo”, la historia de un cuadro de fútbol de la “B” que lucha por el ascenso a primera, entre barras bravas, corrupción y vestuarios sin agua caliente.