El día que una cucaracha me superó

Basado en una historia real.

El otro día me encontraba en el baño, cuando de repente la vi. Al principio no acreditaba lo que veían mis ojos, pero luego de unos segundos asimilé la cruda realidad; en mi inmaculado toilette había una pequeña cucaracha transitando cerca de la ducha.

De más está decir que mi primera reacción fue querer pisotearla; pero me encontré con un pequeño problema: el maldito insecto se había colocado en una ubicación en la que solo me permitía propinarle puntapiés. Fue así que comencé mi seguidilla de ataques que no se detuvo hasta el invasor murió (o eso pensé yo).

Como en cualquier otro crimen perfecto, debía deshacerme del cuerpo para que no existiera evidencia de que este asqueroso episodio hubiese tenido lugar. ¡Qué sorpresa la mía cuando volví a la escena del crimen y me encontré con que el cuerpo había desaparecido! A raíz de este episodio, desarrollé dos teorías:

Teoría 1

Dos cucarachas más llegaron a la escena del crimen y se llevaron el cuerpo en una pequeña bolsa negra. Otras cuatro cucarachas con lentes oscuros y guantes blancos de látex llegaron para analizar la evidencia, al estilo C.S.I. Para el momento que retorné al baño, ya se estaba llevando a cabo el funeral de la cucaracha en alguna de mis cañerías, el abogado ejecutaba su testamento y se estaba condenando injustamente a cadena perpetua a otra cucaracha que juraba ser inocente.

Teoría 2

La cucaracha, estando herida, simuló estar muerta utilizando técnicas avanzadas y perfeccionadas a lo largo de la evolución cucarachística. Esperó a que me retirara del baño y utilizando un minúsculo teléfono celular llamó al 123 (es el 911 de las cucarachas) para ser socorrido por un servicio de emergencia. La cucaracha murió en la ambulancia a causa de las heridas internas, dejándo huérfanas a unas cien mil cucarachas.

Cuando en los documentales sobre insectos, dicen que las cucarachas pueden sobrevivir a un holocausto nuclear, yo estaba convencido de que era por una condición genética. Ahora me doy cuenta de que van a sobrevivir porque tienen micrófonos ocultos colocados en los escritorios de los Presidentes de las naciones más poderosas y antes de que se lance la primera bomba, ya van a estar en sus pequeños refugios nucleares tomándose un whisky.